Allá donde viajan los recuerdos
y son sepultados los miedos
uno añora en maltrecho camino
una voz en su lejana espesura.
Que donde no correr el viento
una cometa yace tendida,
y donde faena el marinero
los bancos andan perdidos.
Una brisa destierra el lamento
y la llamada se hace más fuerte
para que las redes llenen la bodega
de un barco que a la deriva faenaba.
El mar silencioso me llama
cuando al alba viro a poniente
para buscar el occidente
sobre la mar encrespada regreso.
Aldebarán
domingo, 30 de octubre de 2011
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