El
aroma azul envolviendo las auras
la
cascada de luz de la interminable lágrima del alma,
al
ocaso de los susurros en las colinas y los valles
florecidos
con las llamas eternas,
coronadas
con los cristales dorados
en
la bahía de los topacios silvanos.
Reinan
las olas esmeraldas
en
los destellos de la piel exaltada,
naciendo
de las estelas trinas
los
jardines arco iris que se extienden en cada suspiro,
hilvanándose
el paraíso de cristal
que
reflejan las melodías de la diosa,
en
el corazón abandonado
al
delirio de su magia.
En
las nubes carmesí viaja su esencia dorada
sus
suspiros hacen titilar los lirios,
que
caen coronando a los dioses enjaulados
en
los velos que son desgarrados,
por
la súbita mirada soberana
de
los crisoles encendidos,
disipando
las redes del tedioso sueño.
Y
en mi pasionaria de luces
florece
una Rosa de Sharon,
elevando
eternamente el amanecer de mis sentires
en
el jardín de las luciérnagas esmeraldas,
bifurcado
por la estrella misionaría
que
va dibujando sobre el lienzo,
este
estadio eterno de amor que me envuelve.
¡Rosa
de los tiempos,
que
me acaricias con las estelas eternas!
Vuelves
cada día como el arroyo vespertino,
que
ilumina cada latir de las mareas
en
el latir de los girasoles que te contemplan,
bordando
las laderas de tu alma,
honrando
la pureza de tu esencia.
Ángeles
en la catedral del mar de las llamas divinas
bendigo
haber sido embestido como heraldo del Amor,
y
agradezco la dávida de su presencia
de
susurros sublimes entre los espejos y los reflejos,
que
me sostiene y me elevan
al
altar donde trazamos el sendero coralino,
hacia
el río diamantino.
Francisco
Javier,para Niama y para toda la esencia femenina que hace renacer en
los hombres la mujer maravillosa que habita en ellos mismos.


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