La noche y el alba se encuentran
y mi vida atada cuando caminan,
un lugar en el firmamento,aman
el sol y la luna cuando comulgan.
La plata ungida,clamor en mi cuerpo
dorada la fecha hundida en mi alma
el ansia en la noche,frágil y tremula
la esperanza de verlas más allá del velo.
Consigo volar y tocar las estrellas
pero ando cautivo y me son esquivas,
danzan sobre un mar celeste,vuelan juntas
y quiero ser el velero que agite sus velas.
Para que alumbren y siempre naveguen
en mi corta existencia y no haiga distancias,
para sentir el abrazo y el beso que quemen
la tristeza y el llanto con suaves caricias.
Aldebarán para Marisol Lucero y Camila Araceli Buenaventura
miércoles, 17 de agosto de 2011
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