El zafiro empuñado por la
luz
en el acantilado abierto
por su mirada,
donde van brotando los
senderos
que desde el cielo de su crisol,
va transmutando con la
alquimia de su latir.
Lágrima de la Madre
cósmica
en un océano donde la
sinfonía de los delfines proclama,
el encuentro de la luna
escarlata y el céfiro vespertino
es tocada el alma cada
existencia,
por el arca del amor y la
estrella dorada.
.Sonríe la tez de las
entretelas
en cada valle de flores
estrelladas,
lagos turquesas en cada
mirada
el laúd soñando en el
desván olvidado,
diluvio de estelas que
tiñen la Tierra del terciopelo añorado
Florece la gardenia dorada
en el santuario sellado
y se expande como el mar
estrellado
cayendo por acantilados
sin fondo,
la mirada celestial se
despierta
como rosa de sharon que
nace entre las espinas.
¡Oigo el adagio
embelleciendo mi latir!
Las ánimas como violines
afinadas por el corazón,
El ruiseñor en cada voz
humana
la sonata de la Fuente
eterna
y la magia en cada sentir
en todos los reinos en la Madre Gaia
Aldebarán,para Indiris


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