El gestar de las olivas de la vida
Literaturas muertas en el estrecho de la villa
blanca,
amastista que descansa,sobre el portal de lágrimas
de ángel
buscando la brisa tejedora del alfombras doradas
en un tapiz torneado con el llanto de un colibrí
enjaulado.
¡Tras el aroma del sándalo perfumando sus alas!
Brizna del ajuar revistiendo su plumaje,
deslizandose sobre la marea de sedas,partiendo hacia
el olvido.
¡Sobre un puente de hojas serenas en las aguas!
Otorgando el primer beso al secreto que aguarda la
llegada,
del hada que desuda el alma.
Sonrie la pluma en su sueño
de cristales trasmutados en verso y anémonas
celestes,
de laberintos etéreos y claros de luna.
en nebulas de cuarzo transparente.
¡Y en olivas del aceite de la vida!
¡Emerge el diluvio de la libélula revoltosa!
En el lago rodeado de álamos nobles,
surgiendo olas sedadas por el cupido
donde va grabando sus decretos,
en la hermosa herida que nunca muere.
Va buscando la luz inrerior en el brotar de la flor de la pasión
¡En la armónica fluvial de los latidos del
silencio!
Llevandola a colmenas de arcas sin fondo,en la
espiral interminable,
de duelos,en el inexorable universo que abre en cada
cofre
y vas desvelando el eterno nacer en cada recodo,de un
horizonte sin velos.
La errática viuda negra de la ambición no mora en su búsqueda
el axioma del aura cristalina que las envuelve es su
legado,
¡Como el mar en el arrecife,en calma y amado!
¡Clarividente y translucido!
Oasis de luz en la tormenta de espuma.
¡El hada esgrime la tejedora de las libertarias!
Se va esculpir una oliva dorada en un pergamino,
en un crepúsculo del alma
y será derramada la esencia de la vida,
por un manantial que yace omnipresente.
Aldebarán,a Hilda


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